Bajo la mirada de Cervantes y shakespeare, el hombre mortal se deleita en las suaves letras azucaradas y frescas. El hombre, aquel ser inteligente y gracioso; aquel ser cargado de esperanzas e ilusiones que gracias al lenguaje puede expresar; tristezas y alegrías cuya definición es mostrada a través del mismo. La literatura es eso: una fiel muestra de los sentimientos humanos más recónditos del alma, expresados en un papel muerto de letras muertas, pero de sentimientos vivos y vigorosos. El alma necesita expresase, y qué mejor manera de hacerlo: en la escritura. Pero este ensayo no está escrito para alabar la escritura, está escrito para reconocer la literatura como dote humano liberador.
¡Libertad! Gritan los hombres en su interior cuando con polvorientas manos tocan un suave y duro libro de letras sinceras y silenciosas, cuya suavidad excita su corazón desolado y lo llena de alegría y ganas de entrar en un mundo el cual ahora pertenece; país incognoscible e inimaginable; dimensión preciosa de saberes, sobriedades y satíricas ironías, dejando al hombre en posición de dominarlas y domarlas en la misma actitud de leer.
Leer, palabra compuesta de 4 letras, proveniente del latín legere, y cuyo significado expresa deleite y emoción infantil y a la vez adulta, porque LEER expresa eso: emoción, aventura, riesgo, deleite, tristeza, alegría, amor, ternura y sabiduría; sabiduría adulta e infantil. La sabiduría que se adquiere si se ama lo que los cautos ojos palpan en las isométricas letras de marfil fino y prístino; letras de tardes azules y serenas; sin embargo, letras muertas e inexistentes en este mundo sensible (Platón), pero que en su interior albergan grandes significados surgidos del sentimiento más profundo del alma.
Leer se convierte en hábito de placer epicureista y utilitario, es por esto que no a todos trasnocha y apasiona. Leer parece elitista ¡y lo es! parece aristocrático ¡ y lo es!; pero ese aristocratismo no es vitalicio, ese aristocratismo es una elección de atrevimiento de los mas valientes héroes del universo (como si fuera una película de Star Wars, o un libro de ciencia ficción que a tantos trasnocha). Quien lee es un héroe, porque se atreve a gozar en la dimensión solitaria de acompañamiento perenne.
Voy a citar a Estanislao Zuleta cuando cita a Nietzsche:
“Nietzsche dice que primero el espíritu se convierte en camello, es el espíritu que admira, que tiene grandes ideales, grandes maestros'.por ejemplo, en el caso de Nietzsche, Schopenhauer, y una inmensa capacidad de trabajo y dedicación; el camello es el espíritu sufrido, el espíritu que busca una comunidad con cualquier cosa. —Es un aspecto que se refiere al pensamiento, todo el Zaratustra es una teoría del pensamiento—. Si no se logra leer así, no se entiende nada; pero el espíritu no es sólo eso, admiración, dedicación, fervor, y trabajo; el espíritu es también crítica, oposición y entonces dice que el espíritu se convierte en león; Como león se hace solitario casi siempre y en el desierto se enfrenta con el dragón lleno de múltiples escamas y todas esas escamas rezan una misma frase: tú debes. Entonces el espíritu se opone al deber, es el espíritu rebelde, el que toma el tú debes como una imposición interna contra la cual se rebela, que mata todas las formas de imposición y de jerarquía, pero que toda vía se mantiene en la negación. Y dice Nietzsche que el león se convierte finalmente en niño y explica así: el niño es inocencia y olvido, un nuevo comienzo, y una rueda que gira, una santa afirmación”
. Ese debe ser el proceso de todo buen lector: primero convertirse en un camello, sorprenderse, darse la posibilidad de admirarse y de enamorarse de la lectura; darse la oportunidad de conocer: “el conocimiento nace de la admiración”, eso decía el genial Aristocles o Platón en sus diálogos interminables de dialéctica y razón. Luego se convierte en un león, con la ferocidad de enfrentarse a la ignorancia, ubicado como un poderoso dragón de espinas traspasantes y filosas que rezan “tú debes leer”, cuya traducción cercana es “no leas”. ¿Por qué ese deber es una prohibición? Porque es una patada a la convicción y por consiguiente a la falta de ahínco y de emoción: sin embargo, ese espíritu transformado en león valiente y melenudo, hace alarde de esa valentía en el campo de batalla entre deber y querer, para imponer el “querer hacer”, esa frase que trae consigo el vencimiento de la ignorancia en toda su magnitud. Luego el espiritu sufre la ultima y dulce transformación: se convierte en infante, en un nino que todo lo olvida, nada remembra, nada recuerda; solo un “restart”, un reinicio, una reconciliación con la lectura después de tan duro vencimento de su actitud de “deber”.
Leer requiere, asimismo, la capacidad de ‘rumiar’, tal como el filósofo colombiano explica, es la actitud de leer y releer, de saborear cada letra de un texto; es la capacidad de ‘masticar’ cada letra, cada palabra, de la misma forma en que las vacas rumian su comida; de la misma manera de comer, escupir y recomer. Esta es una actitud que ayuda a comprender mejor los textos; esta es la manera de leer y enamorarse de la lectura; esto es leer.
Leer es vivir. Leer es: aprender a ser y vivir. Disipa las tinieblas mas profundas de la ignorancia.
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Picto—grafías
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Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un
exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra Pound. En el
libr...
Hace 10 meses