miércoles, 11 de junio de 2008

HE AQUI EL MUSICO


Un hombre cuyo apellido traduce música, perfección y simetría. Ese es el buen Johann Sebastián Bach, el hombre detrás de notas que dibujan miles de años de evolución humana. Un hombre normal, aunque cargado de excentricidades (cosa que lo hace mas normal), es hoy el objeto de admiración de miles de hombres intelectuales e incultos, ricos y pobres, clérigos y seculares.

Nacido en el casi final del periodo barroco en la gran Turingia, donde el apellido Bach era sinónimo de música y arte. Sus estudios, tan ligados a la religiosidad luterana, le permitieron culturizarse en diversos temas e idiomas (manejaba el latín con fluidez), así como convertirse en conocedor de su luteranismo.


Infortunadamente para el, sus padres murieron y el se fue a vivir con su hermano Johann Cristoph, cuya música era reconocida y admirada entre las gentes. Su hermano mayor era un músico celoso Y severo , que le prohibió copiar sus obras al pequeño Johann Sebastián, y cuyos castigos eran grandes e injustos . Sin embargo Cristoph se convertiría, luego, en una gran influencia para la música del gran Bach.

Recuerdo que Ralph Waldo Emerson dijo una vez que ser grande es ser incomprendido, predicción cumplida cabalmente en Bach, cuya música era tomada de anticuada y de demasiado ornamentada, ya que iban surgiendo nuevos tipos de música algo mas monofónicas y simples. Sin embargo, el gran Johann no cedio’ ante tal falta de arte y se digno continuar con su esfuerzo de dignificar la música por siempre. Aquellas criticas fueron olvidadas, y el gran Bach continua hoy siendo amado y escuchado por millones.

Un genio tan grande fue, que llevo al extremo la capacidad de los instrumentos en obras ornamentadas y bellamente simples a la vez. Un ejemplo es el gran número de tocatas, fugas, preludios, cantatas, sonatas, etcétera, que fueron dedicadas al órgano- llamado el rey de los instrumentos- cuyas estructuras son complicadas para el inexperto, pero una gran escuela para el mismo. El magno Beethoven cierta vez dijo: “no debería llamarse Bach (arroyo en alemán) sino océano”, expresión absoluta de si.


Un hombre que en todos despierta el espíritu creativo y pleno. “Ecce Cantoris

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