ES MI PATRIA.
Recuerdo con frías lagrimas en mis ojos los calidos atardeceres de mi patria. Recuerdo la mirada tierna de aquellos niños que cansabanse del día y querían ser acariciados por la dulce cobija de la noche. Esa es mi patria y no la negare jamás.
Esa es mi patria. La que cada tarde exaltaba con voces altas y desafinadas, cantando un himno que todos se cansaban de cantar en aquellas calles; cantando un himno que la tendera amargada cambiaba para escuchar las noticias de otra emisora; aquel himno que mi primo burlaba y volvía un anagrama sus letras; ese himno es mi himno y aquí, en los Estados Unidos, no me cansare de repetir con la misma desafinada pero calida voz. Esa es mi patria, ese es mi himno.
Muchos, sin duda, quieren quitarme el amor a mi tierra por el hecho de ellos negarla y hablar de sus problemas; sin embargo, hacerles caso es anatema. Cuando eso sucede, me armo con la fuerza, la espada y la mente de Bolívar, para defender con las más calmadas pero radicales palabras a nuestra gente. Nuestra gente cargada de humildad y amabilidad. Nuestra gente amorosa y religiosa cargada de piedad y entendimiento. Se salen mis lagrimas ardientes de ira; se salen mis lagrimas y mi voz se agrava y se salta los mas rigurosos protocolos de amabilidad; y empuño la refulgente espada de Bolívar en el nombre de mi pueblo y comienzo a hablar. Empiezo a defender mi patria, a hablar de ella; de sus mujeres, de su justicia, de su pasión, de su risa, de su valentía y corazón.
Colombia, aquella tierra de Gloria y jubilo; aquella tierra de escritores y pintores y músicos y amantes y amables. Esa tierra la amo y siempre la amare’.
Picto—grafías
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Hace 10 meses
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