El discurso que el Señor presidente de la republica de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, tiene varias interpretaciones por parte de la población colombiana y por la comunidad internacional ¿Por qué esa decisión? ¿Por qué después de tanto tiempo? ¿Es esta extradición justa?
Tuve la oportunidad de ver el video del discurso enérgico del señor Uribe, bajo un total silencio de fondo, que lo acompañaba en su decisión. Había resuelto extraditar a todos los jefes paramilitares- para muchos, un acto de desautorización de su acuerdo con los jefes del paramilitarismo, para otros una decisión correcta - a los Estados Unidos ¿por que? Esa es la pregunta que hoy los 40 millones de Colombianos nos hacemos, ya que este acuerdo iba de una manera “positiva”- eso se pensaba, ya que ellos reincidían en el delito- y quienes se creía estaban narrando los hechos bajo la voz de la verdad. Álvaro Uribe, ha dicho esta semana, estaban cometiendo delitos de forma repetida, aquellos que habían asegurado y jurado paz, obteniendo así privilegios. Aquellos paramilitares, según la versión oficial, habían traicionado la patria narrando mentiras y repitiendo su delito vicioso.
Paramilitares que se educaron con la guerrilla (aunque nacieron para luchar contra ella) y que nacieron por descuido de parte del estado y una violencia que llevaba cansado un pueblo entero, aunque que el estado seguía haciendo nada. El señor presidente, que ha sido culpado de haber pertenecido a sus trincheras, hoy intenta demostrar su verdad- eso esperamos sea - bajo una fría decisión de enviar lejos a aquellos colombianos que han sido hoy desterrados de Colombia por no haber dicho todo lo que Álvaro esperaba. Una verdad quisieron narrar aquellos que hoy se encuentran llorando por su destierro; una verdad que se creyó mentira y unos hechos que la demuestran.
Este corto ensayo no intenta favorecer un punto, sino hacer eco del problema interno que vive Colombia con estos hombres. Un problema que nació por culpa de aquella negligencia pasada, qué hoy se trataba de curar con los programas de reinserción, pero que ha muerto, por negligencia de los “paracos”. El gobierno- según nos han contado- ha hecho lo posible porque estos jefes se adaptaran a la ley de justicia y paz, cuyas letras suponían perdón temporal de algunos delitos, si solo se narraba la verdad y si se abstenían de seguir con actos de violencia e inmadurez; sin embargo, este desacato de algunos, infiere un destierro para todos. Pobres aquellos que – como decimos los colombianos- chupan por culpa de otros; pobres colombianos desterrados, que aunque cometieron error, están en un país ajeno, con gente ajena a este problema. Estoy de acuerdo con el castigo, pero no con la extradición, ese es otro tema...
Picto—grafías
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